Lo que decimos de Rüidø: Una entrevista a la banda
"En estas canciones hay mala leche"
El periodista musical Luis Miguel Flores (Estéreo360, en Radio Círculo y plataformas de audio) conversa con Txema (guitarra y voz), Dan (bajo y coros) y Míchel (batería y coros) sobre Rüidø, el nuevo disco de la banda, grabado en los estudios Kasperle Music de Torrejón de Ardoz con Javier Correal a los mandos.
A día de hoy, ¿cuáles son los ruidos más molestos para 57 grados?
Txema:
El de todo el mundo
opinando y dando
lecciones al mismo
tiempo sin ningún criterio, creo que eso queda claro
en el disco.
Míchel: El timeline
de Twitter, la TV a cualquier hora y la lista de libros más vendidos.
Dan: Aparte de lo que dicen mis compañeros, uno de los ruidos más molestos es el de la prisa constante, una prisa que nos grita como un entrenador deportivo.
¿Y los más agradables?
Dan: Pues, como diría John Cage, hay
cierta ordenación del sonido que me resulta agradable, la música en muchas de sus variantes, también la risa y las charlas relajadas que se vienen arriba.
Txema: El silencio, el rockandroll de cualquier clase.
Míchel: El ruido deseado tampoco es mala cosa.
¿Y cómo diríais que es vuestro Rüidø en 2025? A mí me parece muy contundente, bastante hard rock setentero (Rory Gallagher vía Rosendo, p.e.), más variado de lo habitual y para nada molesto.
Txema: Es un poco la condensación de
todo lo que hemos hecho hasta ahora, pero incluso más directo y más suelto.
Rory y Rosendo están presentes, pero no son los únicos, la lista de referencias no cabría
en estas páginas.
Míchel: Este Rüidø incluso ha sido de interpretación (vocal, por ejemplo, que no lo habíamos hecho hasta ahora) o de intenciones claras a la hora de ponernos a tocar los instrumentos (¿a lo mejor eso es también interpretación? :-)).
Dan: Como siempre, hay muchas cosas que están ahí aunque no se vean, hay referencias innegables al rock de los 70, pero también a la música británica de los 60 y de los 90, por haber, hay hasta referencias a Henry Mancini o Koji Kondo.
¿Es mejor beberse la desolación a chupitos o es preferible tomársela de un trago?
Txema: La canción a la que haces referencia (Vente conmigo) habla de las averías del ascensor social, así que mejor poco a poco. Las hostias, mejor a cámara lenta.
Dan: Aunque a veces no está mal quitarse un mal trago de golpe.
¿Hasta qué punto falta rock and roll? Aquí hay bastante.
Txema: Ponemos de nuestra parte, aquí hay bastante, pero no suficiente. La actitud está muy perdida, la etiqueta está resignificada, parece que lo rebelde ahora son las banderitas. Y no. El postureo se lo ha comido todo.
Míchel: No sé si consciente o inconscientemente, pero los coros de esa canción son como un homenaje a gente con actitud a raudales. Yo no digo nada. Que la gente haga sus apuestas cuando escuche la canción.
Dan: A mí me resulta curioso, cuanto menos, que el primer boceto de este tema se hiciera con un laúd.
Y ¿qué sobra?
Txema: Sobra pose.
Dan: Y mucho nostálgico.
Me parece que en este disco vais más al grano que nunca en general: tanto musicalmente como en lo lírico. Vamos, que se os entiende mejor que nunca en general.
Míchel: La realidad nos lo ha puesto a huevo.
Txema: Tenemos amigos que al principio pensaban que cantábamos en inglés, jejeje. Es coña, en este caso la música es más directa y eso puede que arrastre a las letras, que igual son menos crípticas aunque hablen más o menos de lo mismo.
Dan: Un poco parecido a lo que decía Gramsci, decir la verdad parece temerario en estos momentos, pero siempre es algo revolucionario.
También me parece que sonáis más compactos que nunca
Dan: Por un lado los temas han tenido bastante tiempo para vivir en directo con sus consecuentes cambios y reajustes y, por otro, lo hemos grabado viéndonos las caras. Algo fundamental también es la mano de Javier Correal a los mandos del estudio.
Míchel: La grabación es un pseudodirecto. El resultado hace que suene más compacto y más cercano al espíritu del disco.
Txema: Bueno, y es que al final son ya más de 20 años haciendo ruido, eso son muchas horas de ensayos y conciertos. Además, no sacábamos nada nuevo desde la pandemia.
Frases vacías me parece un buen retrato de la vacuidad actual, de la falta de profundización, de quedarse con las apariencias, de la post-verdad, del no-pensamiento... cuando, en efecto, "el fin del mundo ya está aquí". Creo que, de hecho, hay en estas letras bastante de esa amargura y desesperanza propias de la situación de mierda en la que estamos.
Txema: Esa era la intención. La mala leche que hay en el disco viene fundamentalmente de ahí. Nos pasamos el día viendo, escuchando y leyendo mensajes que son basura de gente que quiere hacerse notar. Se habla más que nunca en público, pero se dice muy poco.
Volviendo a discos anteriores, ahora está todo lleno de gurús de garrafón.
Míchel: También ha sido una manera de poner frente a un espejo todas esas frases vacías de ayuda, bienestar (citándonos a nosotros mismos, “bla bla bla”) que te dicen “La culpa es tuya”. Son vacías y quizá sean las que más daño están haciendo a día de hoy.
Dan: Hay tanto discurso vacío que se basa en lugares comunes para llegar a la nada que me acuerdo de Groucho Marx cuando decía aquello de que partiendo de la nada hemos llegado a las más altas cotas de la miseria.
Sean bienvenidos los punteos.
Txema: El rock and roll los necesita, esa tendencia hipster a odiarlos te acaba convirtiendo en un indie de multinacional. Y eso sí que no.
Dan: En eso no cambia mucho la película con respecto a otros discos, pero esta vez creo que los punteos están bastante más cuidados, hemos podido probar muchas cosas y eso se nota.
Míchel: Se trata de rock and roll, ¿no?
Me mola bastante el rollo "stoner-a-ratos" de Gorro de papel. Sonáis a power trío más y mejor que nunca.
Txema: Esa canción es el caldo de pollo concentrado de la mala leche del disco. Parte de una nota disonante y una secuencia de acordes jazzera, pero nos sirve para dar caña. Para entender la letra hay que imaginar que la canta la peor gente que conoces.
Míchel: Y tritonos a lo Slayer que también hay en esa canción hace que supure mala leche por todos lados. La batería está tocada en un 50% en los timbales, como si fuera algo tribal, muy primitivo. Algo totalmente buscado para hablar de los cabestros a los que se hace mención en la canción (perdón a los cabestros).
Dan: Para mí este tema es como si hubiéramos pasado a los Kinks por la batidora del thrash metal, nos hubiéramos tomado lo que sale de ahí y lo hubiéramos vomitado después dejando un rastro de ruido ácido.
También me encantan el bajo y la batera de Otro rastro. Y ese punteo guapo que engancha con el saxo.
Míchel: ¡¡Por fin llegaron los vientos a 57 grados!!. Desde el primer momento que llegó esa canción al local, creo que nos acompañaba siempre una seccion de vientos en nuestra cabeza cada vez que la tocábamos.
Txema: Estás escuchando la mejor base rítmica del rock actual, y punto. En el saxo nos acompañó Miguel, un asalto en toda regla, Dan le llamó una tarde y se plantó en Torrejón con el saxo.
Dan: ¡Un día! Miguel tuvo tan solo un día para prepararse los temas, iba a venir a tocar Julio, pero tuvo un problema médico que se lo impidió. A través de un amigo común, le hicimos a Miguel el atraco a mano armada. Muchas gracias, Miguel.
Cookies me recuerda demasiado a otras canciones vuestras, pero me mola la velocidad. En este disco vais a toda hostia.
Míchel: A mi no me miréis, jajajajaaaa. No fue nada premeditado.
Txema: Cosas de tocar sin metrónomo, jajaja.
Dan: Ahora vamos con una lenta…
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