2005/10/09

Merci, merci, merci

Estamos de vuelta. Y, como Labordeta, llevamos la mochila hasta arriba de historias que contar. Así que vamos a seleccionar mucho para no ser muy pesaos de golpe, que ya sabemos que sólo entráis aquí para ver las fotos. En primer lugar os hacemos un resumen en plan ¿esquemático? de lo que fue el concierto en Tarbes, que al fin y al cabo se supone que es lo que interesa.

- 20.30: Hora prevista para comenzar a tocar (los franceses se acuestan muy pronto). Se retrasa el concierto debido a un ¿inesperado? Suiza-Francia de la fase de clasificación del mundial de fútbol. Resultado final: 1-1. Francia, como España, tiene boletos para la repesca.

- 21.40: Comienza el show. Ulpi, nuestro perfecto anfitrión, presenta a la banda. Vamos que nos vamos. Comienza la caña.

- Tercera canción: 'Te hundirás conmigo'. La gente está entregada. La gendarmería también. Aparecen dos señores de uniforme (como en las pelis de la pantera rosa) y se detiene el concierto. Para fliparlo. A la gente no le hace ni puta gracia. A nosotros tampoco, pero Momo, el dueño del garito (en la foto), saca el permiso para hacer el concierto y los gendarmes tienen que ponerse la gorra y seguir con su ronda. Continúa la fiesta.

- Poco a poco, o de golpe, según se mire, la cosa se va calentando. Sí, recurrimos al tópico, EL PÚBLICO FRANCÉS ES MUCHO MÁS CALIENTE QUE EL ESPAÑOL. Dónde va a parar. Entre canción y canción no nos hacemos entender ni de coña, es lo que tiene no saber francés, pero la gente se lo pasa pipa. Frente a nosotros, Sergio, el tío más heavy de Tarbes, grita "¡Crucificados por el sistema!", que es lo único que sabe decir en español y que encima es una frase de un grupo brasileño: Ratos de porao. Un crack.

- Decimotercera canción: 'Me tiemblan las manos'. Ulpi, acompañado por Sergio (en la foto) y una chica italiana con su novio, se inventan un nuevo baile de moda. En el estribillo levantan las manos y las hacen temblar. Y es que la mímica se impone, señores, y son varios los asistentes que, en plan heavitorro, ponen los cuernos con la mano y señalan nuestro logo: los cuernos de una vaca.

- Decimoquinta canción: '57 grados'. Nos vamos, señores, se acabó el concierto. Alguien le dice a la gente que en España se dice "otra, otra, otra" y montamos el fin de fiesta con el bis habitual. El concierto ha durado hora y media y hemos tocado 16 canciones. Estamos hechos polvo, pero contentos, que la cosa ha ido de puta madre.

- Momento friki: Una señora coge el micro y se canta 'Andaluces de Jaén'. Olé sus ovarios. No sabe español, pero sí la letra de la canción. Nosotros nos vamos a echar una birra para celebrar lo increíblemente bien que ha ido todo, gendarmes incluidos.

- 20 minutos después: ¿Creíais que esto se había acabado? Los cojones. Vienen a pedirnos que volvamos a tocar. Pablo se resiste: está deseando pillar la cama, que el viaje ha sido muy largo.

- Media hora después: ¿Qué coño? ¡Vamos a hacer un segundo pase! Eso sí, mucho más cortito. Ulpi nos vuelve a presentar, el tal Sergio agarra por primera vez el micro y grita "1,2,3, action!" además del consabido "cruzificados por el sistema". Volvemos a la carga.

- Medio minuto del segundo pase: La cosa se desmadra. Totalmente. La diferencia entre público y banda se vuelve difuso. Los miembros más activos del respetable se mezclan con el grupo y se animan a hacer coros, incluso sin saber qué coño estamos diciendo. A veces cantan ellos solos sin tener ninguna necesidad de saber castellano o conocer las letras. En plan guachuguachu. Sólo Ulpi conoce los temas como si fuera miembro de la banda. Es delirante pero increíblemente cojonudo. Míchel se cree Tommy Lee y en medio de una canción se pone a hacer fotos desde la batería. Esta situación se reproduce durante cuatro canciones. Esto es un público y lo demás son ostias.

- Media hora después: Que sí, que nos vamos, que el domingo hay que madrugar para coger la "fragoneta" y comerse otras ocho horas de viaje hasta Madrid. Ha sido un placer, señores. Sois el público más entregado del mundo mundial. Vamos a echar todos una cerveza antes de recoger los trastos. Merci, merci, merci.

ESTE POST NO HUBIERA SIDO POSIBLE SIN...

- Ulpi (en la foto, con el repertorio como babero) y Cecil, que nos acogieron en su casa, el mejor hotel por el que hemos pasado este año, y nos trataron de puta madre. Ellos son los primeros culpables de que viajáramos hasta Tarbes. ¡Volveremos a visitaros! ¡Te queremos, Ulpi!

- Momo, que nos acogió en su garito y se encargó de pedir las licencias correspondientes para que los gendarmes no abortaran el bolo. El concierto sirvió para celebrar el tercer aniversario de su Pub, Le Houblon. Hacednos caso, ¡este tío tira las cervezas como nadie! Y pone de tapa unas aceitunas que pican como un demonio.

- Sergio, que fue la gran revelación del público. "¡Cruzificados por el sistemaaaaaaaaaaaaa!"

- Cooper, que se tomó algo al final del concierto con nosotros y nos ayudó a cargar la furgo. ¡Ánimo en Tarbes! ¡Que nuestra maqueta sea la primera piedra de una nueva colección de discos que sustituya a la perdida en Nueva Orleans!

- La chica italiana y su novio, que fueron, tras Sergio, la segunda revelación del público.

- Todos los que se pasaron por Le Houblon. Sabemos que os lo pasasteis bien. Nosotros también.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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djflow dijo...

oh la la! Tengo al Robert Plant de Quintana babeando de la emoción. A ver si váis a engrosar la lista de rockeros ilustres que triunfan allende nuestras fronteras...

¡Enhorabuena chicos!

Anónimo dijo...

Gracias, gracias. La experiencia fue buena de cojones pese a las ocho horitas de furgoneta. Esperemos que se repita y que el Robert Plant de Quintana se pueda sumar a la fiesta.