Dejamos la música por un post para dedicarlo a la actualidad más rigurosa. Sí, una banda de ladrones desaprensivos ha asaltado el mítico bar Los Caños de Colmenarejo, escenario de uno de nuestros últimos bolos. Esta gente no tiene respeto por nada, y en su afán por conseguir reliquias de 57 grados han reventado la máquina de dardos en la que Pablo ganó la partida que le costó un cachete del culo. Tampoco se han librado el futbolín, la tele y "esa guitarrita española".
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