La aventura que ahora comienza no es más que el remate final de una ida de olla de tres tíos subidos a la chepa de un puñado de canciones. Van a ser unas semanas de mucho curro, pero no es más que la guinda a algo que ya empezamos a maquinar hace tiempo.
Cuando Dan aterrizó en 57 grados en cierto modo la semilla estaba plantada. Habíamos decidido meternos a grabar un disco en las mejores condiciones posibles pese a la crisis financiera, la burbuja inmobiliaria y su puta madre. Somos muy cabezones, así que la suerte estaba echada.
Pensamos en Kolibrí de Marea como productor desde el principio por razones evidentes: Ha sido nuestro vecino de toda la vida, es un tipo más majo que las pesetas y es el mejor productor que conocemos. No habérselo contado a él en primer lugar hubiera sido de gilipollas.
Con la nueva formación todo se aceleró mucho. Hay que tener en cuenta que Dan tocó en directo después del segundo ensayo, y eso dice mucho de cómo se han ido uniendo las cosas. Las canciones nuevas empezaron a crecer rápidamente, tanto que al elegir qué queríamos grabar se colaron ocupando el 90% de lo que hemos preparado para el disco.
Luego llegaron las maquetas, la ampliación del proyecto a algo mucho más grande que un simple CD y la implicación de un huevo de gente dispuesta a pasar un buen rato con nosotros dentro de esta locura. La lista de agradecimientos va a ser de flipar.
Ahora llega el momento de empezar a plasmarlo todo. Nos llevará tiempo, porque hay muchas cosas por hacer, pero nos pueden las ganas de hacerlo y de que lo compartáis con nosotros. Al fin y al cabo 57 grados no somos tres, somos todos, y ahora más que nunca.
¡BIENVENIDOS!
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